Ayer estuve en una audiencia previa (fase en la que se aportan al Juzgado los medios de prueba) en Madrid. El pleito versa sobre la resolución de un contrato por parte del contrario (cliente en la relación contractual) por defectos en el cumplimiento de la prestación por parte de mi defendido. El servicio era la instalación de un software a medida sobre un programa base muy contrastado en el mercado. Pero podría ser lo mismo en un contrato de franquicia o de distribución. Por diferentes motivos el problema ha llegado a sede judicial a instancias del cliente. Nadie sabe el resultado del procedimiento.
Es muy difícil en el marco de la instalación personalizada de un programa, o la implementación y apertura de una franquicia, definir y determinar las obligaciones de las partes y cuál es el momento en el cual se considera que se incumplen las prestaciones, cuando el incumplimiento de tales prestaciones son de suficiente entidad como para provocar la ruptura del contrato.
Por todo lo anterior es importante definir el contrato marco de manera suficientemente clara y precisa, (si hace falta incluso el color de fondo de la pantalla) y sobre todo, gestionar con mucho cuidado el desarrollo del contrato, intentando dejar constancia de cada modificación contractual y sus repercusiones económicas, (tanto si las hay como si no las hubiere) y la dilación temporal que dicha modificación supondrá. Esta práctica si es habitual en el mundo de la construcción, en la que los arquitectos levantan acta de cada una de las visitas de obra y con ello se puede hacer un seguimiento pormenorizado de las circunstancias acaecidas semana a semana.
Se dirá que esta tarea es ardua, ralentiza el proceso, etc, y con razón, pero no es menos cierto que le sirve, a la parte cumplidora, para evitar demandas infundadas o pretensiones de enriquecimiento sin base ni fundamento real pero que la falta de documentación hacen difíciles de contradecir. Tal como dice el dicho, más vale prevenir que curar, y por ello una buena documentación ahorra costes y permite evitar, en ocasiones, demandas infundadas.
Hasta pronto.