¿Te has preguntado cuándo es el momento adecuado para.consultar a un abogado para ayudarte a que te liberes de unas deudas extenuantes? Pues la respuesta es muy clara: cuanto antes. De hecho, cuánto más rápido te plantees esta pregunta ante podrás salir de una situación que te impide retomar tu vida.
Por qué consultar a un abogado para liberarme de mis deudas
Está comprobado que gran parte de los casos que acaban acogiéndose a la Ley de la Segunda Oportunidad lo hacen después de haber pasados meses -incluso años- viviendo una situación critica; en ocasiones realmente alarmante, que les impide llevar una vida normal. Situaciones al límite donde la persona deudora en ocasiones no puede tener ni tarjetas, ni número e teléfono, ni nada a su nombre por el embargo de su dinero. Esto es igual a no vivir… Cuando vives para pagar, cuando cada inicio de mes, todo tu dinero emigra para hacer frente a tus deudas, dejándote sin recursos, tienes que buscar o al eso indagar para encontrar
Por eso, si tienes cerca la posibilidad de ahorrarte parte de ese trance y evitar un sufrimiento emocional, social y económico innecesario, hazlo.
El primer paso para librarte de tus deudas empieza con una consulta a un abogado de confianza que pueda estudiar tu caso y darte soluciones reales
Señales claras de que debes actuar y poner una solución para cancelar tus deudas
Lo curioso es que, solo haciendo esa primera consulta, puedes tener una perspectiva nueva, una hoja de ruta y la posibilidad de cancelar tus deudas y recuperar tu vida, La Ley de la Segunda Oportunidad -en el caso de las personas físicas- permite liquidar todas, o parte, de tus deudas extremas, devolviéndote la oportunidad de retomar tu día a día. De hecho, consultar a un abogado mercantil o conversar es primordial para empezar a atisbar una solución factible o al menos tener una perspectiva clara de si puedes acabar con tus deudas, sin tener que pasar meses sin vivir, solo dedicados a pagar.
Una consulta no supone ni un gran gasto, ni un gran esfuerzo, y puede dejarte las cosas muy claras y ayudarte a salir de situaciones complejas en las que entramos, casi in darnos cuenta. Os dejamos cuatro demasiado comunes:
- Cuándo vives para pagar... Y te das cuenta de que hagas lo que hagas esas deudas jamás se acabarán. Es más siguen creciendo ; en muchas casos los intereses, los impagos, las deudas contraídas y acumulativas y que te obligan a seguir endeudado. Ahí es cuando descubres que tu vida como la entendías ya no existe. ¿Y en que te convierte eso?
- Cuando pides créditos para seguir pagándolas. Este es un círculo vicioso en el que se cae más veces de las pensamos, Sucede en especial con los créditos al consumo: ¿Cuántas veces hemos oído a alguien decir que ha pedido un crédito para poder pagar otro? Este es el principio de una rueda que no va acabar nunca. Imaginad qué situaciones tan extenuantes se deben vivir para acabar endeudándote, pidiendo otro crédito para poder pagar el primero…
- Miedo a dejar de pagar la hipoteca… Y con razón, El dinero con el que pagas una hipoteca que, con certeza sabes que no podrás liquidar nunca, es dinero tirado. Tal cual. Porque por mucho que lleves acumulado, una vez que dejes de pagar, el banco no te va a valorar los esfuerzos realizados con anterioridad. Seguir pagando una hipoteca que sabemos de
- Cuando sufres el acoso de los acreedores. No poder salir o descansar sin que recibas el acoso y amenaza de tus acreedores es motivo para que actúes y le pongas solución. Muchas de estas situaciones requieren de intervención legal.
¿Quieres saber más sobre cómo acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad?